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Nota : Hay foto Font Llopart y Sra
Gran concentración de la Guardia de Franco en Granollers
Fue presidida por el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, quien pronunció
un vibrante discurso
Doña Josefa Vázquez-Zaira de Acedo, hizo entrega de un banderín a la Lugartenencia
Provincia/ de Ja Guardia
E: domingo por la mañana y bajo la
provincial del Movimiento, don Felipe
presidencia del gobernador civil y jefe
Acedo Colunga, se celebró en Granollers
la ya anunciada concentración de la Guardia
de Franco <e toda la provincia. Asistieron
a la misma futridas representaciones
de todas las localidades de Barcelona,
a . frente da ¡as r i ' d í figuraban *os
respectivos jefes Incales
Misa de campaña
Dieron comienzo los actos a las diez de
\a mañana con una misa de campaña que
se celebró en la Plaza de José Antonio,
y que fue oficiada por el Rvdo. P. Jaime
Castelltort, rector de las Escuelas Pías de
Granollers. Antes del divino oficio y en
la misma plaza, el señor Acedo Colunga,
que había llegado momentos antes acompañado
por su esposa, doña Josefa Vázquez-
Zafra; del subjefe provincia; del Movimiento,
don José Solano, y de los miembros
del Consejo provincial, revistó una
centuria del Frente de Juventudes, saludando,
asimismo, a las autoridades locales
que le recibieron, al frente de las
cuales figuraba el ai.alde y jefe local de
Granollers, don Carlos Font Llopart. La
Plaza de José Antonio registraba un lleno
tota*., pues desde primeras horae de la
mañana habían 'estado llegando autocares
desde todos los puntos de la provincia,
portando a ¡os miembros de la Guardia
de Franco que tomaron parte en la concentración.
Al comenzar el santo, sacrificio
ocuparon sus respectivos reclinatorios el
señor Acedo Colunga y su esposa, haciéndolo en el lado de la Epístola, doña María
José Vázquez-Zafra, a la que acompañaba
la señora de Font Llopart; la esposa
del lugarteniente provincial de la Guardia
de Franco, señora de Clavero, y la
deegada local de la Sección Femenina,
señorita Mercedes Vilaró. En la parte del
Evangelio se situaron el gobernador civil
y jefe provincial, al que acompañaban el
alcalde y jefe local., señor Font; el subjefe
provincial del Movimiento, señor Solano;
el lugarteniente comarcal de la
Guardia, señor Clavero, y Jas jerarquías
provinciales. Tras la presidencia figuraban
los alcaldes y jefes locales procedentes
de toda la provincia.
En eí Teatro Coliseum
Finalizada la santa misa, _ los concentrados
se dirigieron al Teatro CoLiseum,
en donde tuvo lusar un acto político de
afirmación falangista, en el qué hicieron
uso de la palabra el lugarteniente comarcal
de.la Guardia de Franco, don Ernessto
Orth; el jefe provincial de Propaganda
de la misma, don Carlos Beltrán; el jefe
del Departamento de Seminarios de la
Jefatura Provincial del Movimiento, don
Emilio J. Letang, y el lugarteniente provincial
de la Guardia de Franco, don
Ángel Clavero, quienes pronunciaron
sentios discursos glosando la actualidad
política española, afirmando la función de
la Falange en el cuadro total de la vida
española y haciendo finalmente un llamamiento
para que se mantenga ;a estrecha
unidad de todos los españoles en
torno al Caudillo.
Al terminar el acto se cantó el «Cara
al Sol», dando los gritos. de rigor el señor
Acedo Co'unga, vítores que fueron
entusiásticamente contestados por todos los
concentrados, que llenaban totalmente el
teatro.
La señora de Acedo Colunga
apadrina el banderín de
la Guardia de Franco
En la Plaza de los Caídos
Desd'e el Teatro Coliseum se trasladaron
las autoridades y acompañantes, así
como los asistentes a la gran concentración,
a la Plaza de los Caídos, ante cuya
Cruz se procedió a la entrega, por doña
María Josefa Vázquez-Zafra de Acedo,
de un banderín de mando a la Lugartetencia
Provincial de la Guardia. Con este
motivo, la señora de Acedo Coluhga pronunció
las siguientes palabras:
«Señor lugarteniente provincial de la
Guardia de Franco: Honroso deber para
toda mujer española el de apadrinar a
quienes tienen como símbolo de su vida
€Í servicio y el sacrificio.
Con ello al entregaros este banderín,
lo hago con la satisfacción de que vais
a defender cuanto significa, alegremente
poéticamente.
Vuestra presencia es garantía de que
nosotras, en la intimidad de nuestros hogares,
podremos gozar ae paz, consagrándonos
a la tarea ae crear familias
cristianas, amantes de Dios y de España.
Que Dio-; os dé fuerzas para continuar
pn la senda iniciada y guie vuestros pasos
de manera que nunca alcéis sin razón
de juñt;cia eíta prsefia que os confío
En correspondencia a mi madrinazmadrinazgo,
os pido la entrega total a un ideal
de amor para los justos y para los que
no os comprenden. Que dediquéis vuestras
vidas a sembrar en las tierras y entre
los hombres de España el alto ideal
del amor a la Patria».
Grandes aplausos acogieron las elocuentes
palabras de la señora de Acedo,
a las que contestó don Ahgel Clavero
expresando la emocionada gratitud con
que la, Guardia de Franco recibía; el
banderín de manos de su madrina, y
ofreciéndole, seguidamente, un artístico
presente como recuerdo de la memorable
jornada.
A continuación, el señor Font ¡ Llopart,
alcalde y jefe local de Granollers impuso
al banderín una corbata de honor
concedida por el. Ayuntamiento, : haciendo
el ofrecimiento en patrióticas palabras
y señalando que con ello se identificaba
toda la población de Granollers
con la obra que realiza la Guardia de
Franco.
Discurso del gobernador civil
y jefe provincial
Seguidamente el señor Acedo Colunga
procedió a imponer varias condecoraciones,
pronunciando luego el siguiente discurso:
«Camarádas de la Guardia de Franco:
Ante este monumento erigido en memoria
dé los que rindieron su vida para
que nosotros podamos vivirla mejor, en
presencia del pueblo de esta ciudad de
Granollere, gloria de la provincia de
Barcelona, centro agrícola y fabril, creación
constante de riqueza; aquí, quisiera
yo que mi palabra emocionada tuviese momentáneamente eJ don áe v«*im r e¡¡
íolo unas, :ras<?ñ todo el hondo íiBiníica-•
do de les actos que estamos v
eiidu. y
con ello todo lo que nos conmueve en lo
más hondo de nuestros espíritus J-eje-i
de mi áuiíao el afán de las mera* palabras,
porque ellas por sí solas no podrían
explicar jamás el significado de esta hermandad
de paz que a todos nos ha congregado.
La concentración provincial de la
Guardia de Franco en la ciudad de Granollere
sigriflca, ante todo, la necesidad
de cambiar Impresiones fiubre la batalla
permanente que estamos librando por la
grandeza ce España y el bienestar de
los españolas Batalla que planteamos sin
arrogancias, 'sin retos, ni desafíos. En
este acto no hemos de ver uh mero re -
cuento numérico o físico; es algo más:
un acto d« sencilla disciplina en que venimos
a expresar nuestro entusiasmo patriótico,
puesto siempre al servicio de la
comunidad española, en . cuyo seno vivimos
todos ¡hmersos. El amor a todos los
españoles, a. todas las regiones de esta
España nuestra, es la idea fundamental
que hemos traído con nuestro Movimiento
y desde cuyo escabel nos hemos enfrentado
con todos los despotismos que
hoy ciegan a tantos hombres. Pero este
abrazo de buena voluntad, dé V+ españoles
no conviene.a ciertos poderís, a algunas
naciones, por eso sentimos la necesidad
de proclamarlo y afirmarlo... (Grandes
aplausos impiden oír las últimas palabras
de íete párrafo., del discurso del
señor Acedo Colunga.)
Pero hay algo más. En este momento nos
dirigimos también a aquellos españoles
que han tardado en comprendernos, a tantos
españoles poderosos, económicamente
poderosos, <jue creyeron bastaba cumplir
con sus coteiencias y no con la. comunidad.
Nos dirigimos asimismo a aquellos
trabajadores que aún no sepan que en
nuestros ideales está inscrito, el lema.del
valor eterno del trabajo. A'ellos y a todos
les decimos que la plena dignificación
del trabajo forma parte . de nuestra doctrina,
tal como la concibió la mente política
y poética de José Antonio, bajo cuyos
principios van conquistando las mejoras
a que tienen derecho, sin necesidad
de luchas ni odios, con disciplina y orden,
con una unidad en que se basa en el robustecimiento
<te la economía y, con ella, la
grandeza de la Patria. Porque nuestra unidad
es una afirmación de principio, es unidad
engendrada, no en la lucha electoral,
sino en un ideal puesto, por encima de las
banderías de partido, al servicio <ie la
justicia. Es ésta, repito, una afirmación
fundamental Conseguir la justicia social
es conseguir la felicidad de todos los españoles.
Mas esto hay que alcanzarlo
con orden y disciplina, con ese Orden y esa
disciplina que está en lo más hondo de
nuestros- espíritus y que hoy encarna un
hombre pler,o de virtudes, un hombre que
nos ha guiado desde los primeros momentos
sin ñaquear nunca, sin vacilar jamás,
nuestro Jefe del Estado. , • .
Este acto es, pues, de unidad. Sabemos
que. además de los que estamos aquí, los
que están en sus hogares piensan - igual
que nosotros, y que es en esta fraternidad
donde hallamos nuestra.mejor democracia.
Así lo cree la .Falange, porque la Falange
és, precisamente por española, profundamente
católica, intensamente espiritual.
Hoy quizá vaya a deciros lo que no está
expresado en los tratados que se firman,
en los acuerdos que se concluyen; voy a
deciros, en suma, que en la vida de los
hombres es básica aquella frase de José
Antonio, segn la cual la Patria es una
unidad de destino en lo universal. En estas
palabras está definida exactamente la
realidad española; en ella está comprendida
la diversidad de sutf regiones, la multiplicidad
de sus manifestaciones de vida.
Porque en el principio falangista que formulara
José Antonio, España queda delineada
como una comunidad de afanes de
los espíritus que sienten la llamada de la
tierra, que son solicitados por los diversos
amores a sus patrias chicas, que sienten la
atracción de sus bailes, de sus danzas, de
sus manifestaciones artísticas y espirituales,
pero que creen ante todo en la existencia
real, insoslayable, de esta comunidad
española, cuya fórmula política concibió
un día José Antonio, y que nuestro
Caudillo convierte hoy en realidades, como
fundamento indeclinable de un sentimiento
de independencia nacional y de
plena dignidad, que nunca fue tan intenso
como hoy, ni aun en aquellos tiempos
gloriosos en que nuestra Patria era regida
por los Reyes Católicos, o por Carlos V,
sobre cuyo 3rnperio.no se ponía el sol.
Esta es nuestra doctrina, que a pesar de
las ' inevitables imperfecciones humanas,
permanece pura en toda su integridad. A
su servicio está la Guardia de Franco, que
no es una guardia pretoriana, sino una
unión de espíritus llenos de entusiasmo
para trabajar y luchar por España. Porque
si algo quisiera pediros—al agradeceros
el honor de que mi esposa haya sido
la madrina de Vuestra banderín—, si algo
quisiera pediros, es" que mantengáis vuestras
ilusiones, vuestras esperanzas que no
desarraiguéis de vosotros. la fe, esa fe
que necesítanos para marchar unidos todos
: los españoles en pos de unos ideales
excelsos y b6jo el mando providencial de
Franco, el mejor Jefe de Estado que ha
conocido laíistoria de España, y de cara
a un porvenif que es la felicidad de todos
los españoles.»
El vibrante discurso de don Felipe Acedo
Colunga, fue subrayado en diversos párrafos
con cálidas ovaciones que se repitieron
al final del mismo.
En medio Se un ambiente de acendrado
fervor patriótico, el señor Acedo Colunga
pronunció las invocaciones de ritual
del Movimiento, que fueron contestadas
con el mayor entusiasmo patriótico.
Se deposita unar corono de laurel al;
píe de íor Cruz de ios Caídos
Finalmente, una centuria de Falange que
había traído desde Barcelona, a pie, una
corona de laurel, la colocó al pie del monumento
a los Caídos.
Al emprender viaje de regreso a Barcelona*
el gobernador civil y jefe provincial
del Movimiento, don Felipe Acedo Coiunga
y su dstinguida espesa, fueron objeto
de una entusiasta despedida.
Nota : Hay foto Font Llopart y Sra
Gran concentración de la Guardia de Franco en Granollers
Fue presidida por el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, quien pronunció
un vibrante discurso
Doña Josefa Vázquez-Zaira de Acedo, hizo entrega de un banderín a la Lugartenencia
Provincia/ de Ja Guardia
E: domingo por la mañana y bajo la
provincial del Movimiento, don Felipe
presidencia del gobernador civil y jefe
Acedo Colunga, se celebró en Granollers
la ya anunciada concentración de la Guardia
de Franco <e toda la provincia. Asistieron
a la misma futridas representaciones
de todas las localidades de Barcelona,
a . frente da ¡as r i ' d í figuraban *os
respectivos jefes Incales
Misa de campaña
Dieron comienzo los actos a las diez de
\a mañana con una misa de campaña que
se celebró en la Plaza de José Antonio,
y que fue oficiada por el Rvdo. P. Jaime
Castelltort, rector de las Escuelas Pías de
Granollers. Antes del divino oficio y en
la misma plaza, el señor Acedo Colunga,
que había llegado momentos antes acompañado
por su esposa, doña Josefa Vázquez-
Zafra; del subjefe provincia; del Movimiento,
don José Solano, y de los miembros
del Consejo provincial, revistó una
centuria del Frente de Juventudes, saludando,
asimismo, a las autoridades locales
que le recibieron, al frente de las
cuales figuraba el ai.alde y jefe local de
Granollers, don Carlos Font Llopart. La
Plaza de José Antonio registraba un lleno
tota*., pues desde primeras horae de la
mañana habían 'estado llegando autocares
desde todos los puntos de la provincia,
portando a ¡os miembros de la Guardia
de Franco que tomaron parte en la concentración.
Al comenzar el santo, sacrificio
ocuparon sus respectivos reclinatorios el
señor Acedo Colunga y su esposa, haciéndolo en el lado de la Epístola, doña María
José Vázquez-Zafra, a la que acompañaba
la señora de Font Llopart; la esposa
del lugarteniente provincial de la Guardia
de Franco, señora de Clavero, y la
deegada local de la Sección Femenina,
señorita Mercedes Vilaró. En la parte del
Evangelio se situaron el gobernador civil
y jefe provincial, al que acompañaban el
alcalde y jefe local., señor Font; el subjefe
provincial del Movimiento, señor Solano;
el lugarteniente comarcal de la
Guardia, señor Clavero, y Jas jerarquías
provinciales. Tras la presidencia figuraban
los alcaldes y jefes locales procedentes
de toda la provincia.
En eí Teatro Coliseum
Finalizada la santa misa, _ los concentrados
se dirigieron al Teatro CoLiseum,
en donde tuvo lusar un acto político de
afirmación falangista, en el qué hicieron
uso de la palabra el lugarteniente comarcal
de.la Guardia de Franco, don Ernessto
Orth; el jefe provincial de Propaganda
de la misma, don Carlos Beltrán; el jefe
del Departamento de Seminarios de la
Jefatura Provincial del Movimiento, don
Emilio J. Letang, y el lugarteniente provincial
de la Guardia de Franco, don
Ángel Clavero, quienes pronunciaron
sentios discursos glosando la actualidad
política española, afirmando la función de
la Falange en el cuadro total de la vida
española y haciendo finalmente un llamamiento
para que se mantenga ;a estrecha
unidad de todos los españoles en
torno al Caudillo.
Al terminar el acto se cantó el «Cara
al Sol», dando los gritos. de rigor el señor
Acedo Co'unga, vítores que fueron
entusiásticamente contestados por todos los
concentrados, que llenaban totalmente el
teatro.
La señora de Acedo Colunga
apadrina el banderín de
la Guardia de Franco
En la Plaza de los Caídos
Desd'e el Teatro Coliseum se trasladaron
las autoridades y acompañantes, así
como los asistentes a la gran concentración,
a la Plaza de los Caídos, ante cuya
Cruz se procedió a la entrega, por doña
María Josefa Vázquez-Zafra de Acedo,
de un banderín de mando a la Lugartetencia
Provincial de la Guardia. Con este
motivo, la señora de Acedo Coluhga pronunció
las siguientes palabras:
«Señor lugarteniente provincial de la
Guardia de Franco: Honroso deber para
toda mujer española el de apadrinar a
quienes tienen como símbolo de su vida
€Í servicio y el sacrificio.
Con ello al entregaros este banderín,
lo hago con la satisfacción de que vais
a defender cuanto significa, alegremente
poéticamente.
Vuestra presencia es garantía de que
nosotras, en la intimidad de nuestros hogares,
podremos gozar ae paz, consagrándonos
a la tarea ae crear familias
cristianas, amantes de Dios y de España.
Que Dio-; os dé fuerzas para continuar
pn la senda iniciada y guie vuestros pasos
de manera que nunca alcéis sin razón
de juñt;cia eíta prsefia que os confío
En correspondencia a mi madrinazmadrinazgo,
os pido la entrega total a un ideal
de amor para los justos y para los que
no os comprenden. Que dediquéis vuestras
vidas a sembrar en las tierras y entre
los hombres de España el alto ideal
del amor a la Patria».
Grandes aplausos acogieron las elocuentes
palabras de la señora de Acedo,
a las que contestó don Ahgel Clavero
expresando la emocionada gratitud con
que la, Guardia de Franco recibía; el
banderín de manos de su madrina, y
ofreciéndole, seguidamente, un artístico
presente como recuerdo de la memorable
jornada.
A continuación, el señor Font ¡ Llopart,
alcalde y jefe local de Granollers impuso
al banderín una corbata de honor
concedida por el. Ayuntamiento, : haciendo
el ofrecimiento en patrióticas palabras
y señalando que con ello se identificaba
toda la población de Granollers
con la obra que realiza la Guardia de
Franco.
Discurso del gobernador civil
y jefe provincial
Seguidamente el señor Acedo Colunga
procedió a imponer varias condecoraciones,
pronunciando luego el siguiente discurso:
«Camarádas de la Guardia de Franco:
Ante este monumento erigido en memoria
dé los que rindieron su vida para
que nosotros podamos vivirla mejor, en
presencia del pueblo de esta ciudad de
Granollere, gloria de la provincia de
Barcelona, centro agrícola y fabril, creación
constante de riqueza; aquí, quisiera
yo que mi palabra emocionada tuviese momentáneamente eJ don áe v«*im r e¡¡
íolo unas, :ras<?ñ todo el hondo íiBiníica-•
do de les actos que estamos v
eiidu. ycon ello todo lo que nos conmueve en lo
más hondo de nuestros espíritus J-eje-i
de mi áuiíao el afán de las mera* palabras,
porque ellas por sí solas no podrían
explicar jamás el significado de esta hermandad
de paz que a todos nos ha congregado.
La concentración provincial de la
Guardia de Franco en la ciudad de Granollere
sigriflca, ante todo, la necesidad
de cambiar Impresiones fiubre la batalla
permanente que estamos librando por la
grandeza ce España y el bienestar de
los españolas Batalla que planteamos sin
arrogancias, 'sin retos, ni desafíos. En
este acto no hemos de ver uh mero re -
cuento numérico o físico; es algo más:
un acto d« sencilla disciplina en que venimos
a expresar nuestro entusiasmo patriótico,
puesto siempre al servicio de la
comunidad española, en . cuyo seno vivimos
todos ¡hmersos. El amor a todos los
españoles, a. todas las regiones de esta
España nuestra, es la idea fundamental
que hemos traído con nuestro Movimiento
y desde cuyo escabel nos hemos enfrentado
con todos los despotismos que
hoy ciegan a tantos hombres. Pero este
abrazo de buena voluntad, dé V+ españoles
no conviene.a ciertos poderís, a algunas
naciones, por eso sentimos la necesidad
de proclamarlo y afirmarlo... (Grandes
aplausos impiden oír las últimas palabras
de íete párrafo., del discurso del
señor Acedo Colunga.)
Pero hay algo más. En este momento nos
dirigimos también a aquellos españoles
que han tardado en comprendernos, a tantos
españoles poderosos, económicamente
poderosos, <jue creyeron bastaba cumplir
con sus coteiencias y no con la. comunidad.
Nos dirigimos asimismo a aquellos
trabajadores que aún no sepan que en
nuestros ideales está inscrito, el lema.del
valor eterno del trabajo. A'ellos y a todos
les decimos que la plena dignificación
del trabajo forma parte . de nuestra doctrina,
tal como la concibió la mente política
y poética de José Antonio, bajo cuyos
principios van conquistando las mejoras
a que tienen derecho, sin necesidad
de luchas ni odios, con disciplina y orden,
con una unidad en que se basa en el robustecimiento
<te la economía y, con ella, la
grandeza de la Patria. Porque nuestra unidad
es una afirmación de principio, es unidad
engendrada, no en la lucha electoral,
sino en un ideal puesto, por encima de las
banderías de partido, al servicio <ie la
justicia. Es ésta, repito, una afirmación
fundamental Conseguir la justicia social
es conseguir la felicidad de todos los españoles.
Mas esto hay que alcanzarlo
con orden y disciplina, con ese Orden y esa
disciplina que está en lo más hondo de
nuestros- espíritus y que hoy encarna un
hombre pler,o de virtudes, un hombre que
nos ha guiado desde los primeros momentos
sin ñaquear nunca, sin vacilar jamás,
nuestro Jefe del Estado. , • .
Este acto es, pues, de unidad. Sabemos
que. además de los que estamos aquí, los
que están en sus hogares piensan - igual
que nosotros, y que es en esta fraternidad
donde hallamos nuestra.mejor democracia.
Así lo cree la .Falange, porque la Falange
és, precisamente por española, profundamente
católica, intensamente espiritual.
Hoy quizá vaya a deciros lo que no está
expresado en los tratados que se firman,
en los acuerdos que se concluyen; voy a
deciros, en suma, que en la vida de los
hombres es básica aquella frase de José
Antonio, segn la cual la Patria es una
unidad de destino en lo universal. En estas
palabras está definida exactamente la
realidad española; en ella está comprendida
la diversidad de sutf regiones, la multiplicidad
de sus manifestaciones de vida.
Porque en el principio falangista que formulara
José Antonio, España queda delineada
como una comunidad de afanes de
los espíritus que sienten la llamada de la
tierra, que son solicitados por los diversos
amores a sus patrias chicas, que sienten la
atracción de sus bailes, de sus danzas, de
sus manifestaciones artísticas y espirituales,
pero que creen ante todo en la existencia
real, insoslayable, de esta comunidad
española, cuya fórmula política concibió
un día José Antonio, y que nuestro
Caudillo convierte hoy en realidades, como
fundamento indeclinable de un sentimiento
de independencia nacional y de
plena dignidad, que nunca fue tan intenso
como hoy, ni aun en aquellos tiempos
gloriosos en que nuestra Patria era regida
por los Reyes Católicos, o por Carlos V,
sobre cuyo 3rnperio.no se ponía el sol.
Esta es nuestra doctrina, que a pesar de
las ' inevitables imperfecciones humanas,
permanece pura en toda su integridad. A
su servicio está la Guardia de Franco, que
no es una guardia pretoriana, sino una
unión de espíritus llenos de entusiasmo
para trabajar y luchar por España. Porque
si algo quisiera pediros—al agradeceros
el honor de que mi esposa haya sido
la madrina de Vuestra banderín—, si algo
quisiera pediros, es" que mantengáis vuestras
ilusiones, vuestras esperanzas que no
desarraiguéis de vosotros. la fe, esa fe
que necesítanos para marchar unidos todos
: los españoles en pos de unos ideales
excelsos y b6jo el mando providencial de
Franco, el mejor Jefe de Estado que ha
conocido laíistoria de España, y de cara
a un porvenif que es la felicidad de todos
los españoles.»
El vibrante discurso de don Felipe Acedo
Colunga, fue subrayado en diversos párrafos
con cálidas ovaciones que se repitieron
al final del mismo.
En medio Se un ambiente de acendrado
fervor patriótico, el señor Acedo Colunga
pronunció las invocaciones de ritual
del Movimiento, que fueron contestadas
con el mayor entusiasmo patriótico.
Se deposita unar corono de laurel al;
píe de íor Cruz de ios Caídos
Finalmente, una centuria de Falange que
había traído desde Barcelona, a pie, una
corona de laurel, la colocó al pie del monumento
a los Caídos.
Al emprender viaje de regreso a Barcelona*
el gobernador civil y jefe provincial
del Movimiento, don Felipe Acedo Coiunga
y su dstinguida espesa, fueron objeto
de una entusiasta despedida.
